APOLONIO
DE PERGA
Apolonio
de Perge, Apolonio de Perga o Apolonio de Pérgamo (Griego
antiguo: Ἀπολλώνιος) (Perge, c. 262 -Alejandría, c. 190 a. C.)
fue un geómetra griego famoso
por su obra Sobre las secciones cónicas.
Fue Apolonio quien dio el nombre de elipse, parábola e hipérbola, a
las figuras que conocemos. Logró solucionar la ecuación general de segundo
grado por medio de la geometría cónica.
También
se le atribuye la hipótesis de las órbitas excéntricas o teoría de los epiciclos para
intentar explicar el movimiento aparente de los planetas y de la velocidad
variable de la Luna.
Sus
extensos trabajos sobre geometría tratan
de las secciones cónicas y de las curvas planas y la cuadratura de sus áreas. Recopiló
su obra en ocho libros y fue conocido con el sobrenombre de El Gran
Geómetra. Nació alrededor del 262 A.C. en Perga, Grecia Ionia
(Ahora Turquía) y falleció: Alrededor del 190 A.C en Alejandría, Egipto.
Se sabe que estuvo
en Alejandría durante los
reinados de Ptolomeo Evergetes y Ptolomeo Filopater, a la vez que fue
tesorero general de Ptolomeo Filadelfo. Por las fuentes se
puede afirmar que era entre veinticinco y cuarenta años más joven que Arquímedes, de allí la estimación
de sus años de nacimiento y muerte. Fuera de ello, lo poco que se sabe de su
vida es que estudió en Alejandría y en esta ciudad se dedicó a la enseñanza; y
que vivió al menos un tiempo
Estudió los megalitos
las secciones cónicas utilizando como herramienta las proporciones,
relacionando las magnitudes de cada elemento que conforman cada sección cónica
en el caso de la parábola, elipse e hipérbola donde utilizó este método para
definir las propiedades de cada corte con el cono, como lo demuestra Heath
(1896), además propuso y resolvió el problema de hallar las circunferencias
tangentes a tres círculos dados, conocido como problema de Apolonio. El problema aparece en
su obra, hoy perdida, Las Tangencias o Los Contactos,
conocida gracias a Pappus de Alejandría. Respecto a sus obras,
se han perdido muchas:
·
Reparto rápido (Ὠκυτόκιον), en el que se enseñaban
métodos rápidos de cálculo y se daba una aproximación del número π
·
Secciones en una razón dada (Λόγου ἀποτομή, De
Rationis Sectione) , trataba sobre los problemas derivados de trazar una
recta que pase por un punto dado y que corte a otras dos rectas dadas en
segmentos (medidos desde sendos puntos situados en dichas rectas) que estén en
una razón dada (este problema es equivalente a resolver la ecuación)
·
Secciones en un área dada (Χωρίου ἀποτομή, De
Spatii Sectione), problema parecido al anterior, pero ahora se pide que los
segmentos determinados por las intersecciones formen un rectángulo equivalente
a otro (este problema es equivalente a resolver la ecuación)
·
Secciones determinadas (Διωρισμένη τομή, De
Sectione Determinata), dados cuatro puntos A, B, C, D, sobre una recta,
encontrar un quinto punto P, tal que el rectángulo construido sobre AP y CP
esté en una razón dada con el rectángulo construido sobre BP y DP
·
Tangencias (Ἐπαφαί, De Tactionibus),
resuelve los problemas de construir una circunferencia tangente a tres
elementos cualesquiera elegidos entre un punto, una recta y una circunferencia
(este problema se conoce como el problema de Apolonio)
·
Lugares planos (Τόποι ἐπίπεδοι, De Locis
Planis), los griegos clasificaban las curvas en tres tipos: lugares planos,
eran las rectas y las circunferencias, lugares sólidos eran las secciones
cónicas y lugares lineales el resto de las curvas; Inclinaciones, trataba del
problema de trazar una circunferencia dada una cuerda de longitud dada pasando
por un punto dado.
Sólo dos obras de
Apolonio han llegado hasta nuestros días: Secciones en una razón dada (no
se conserva el original sino una traducción al árabe) y Las Cónicas (sólo
se conserva el original de la mitad de la obra, el resto es una traducción al
árabe). Esta última es la obra más importante de Apolonio, es más, junto con
los Elementos de Euclides es uno de los libros más importantes
de matemáticas.
Las Cónicas está formado por 8
libros. Fue escrito cuando Apolonio estaba en Alejandría pero posteriormente,
ya en Pérgamo (hoy Bergama en Turquía), lo
mejoró.
·
El libro I: trata de las propiedades fundamentales
de estas curvas.
·
El libro II trata de los diámetros conjugados y de
las tangentes de estas curvas.
·
El libro III: trata de los tipos de conos.
·
El libro IV: trata de las maneras en que pueden
cortarse las secciones de conos.
·
El libro V: estudia segmentos máximos y mínimos
trazados respecto a una cónica.
·
El libro VI: trata sobre cónicas semejantes.
·
El libro VII: trata sobre los diámetros conjugados.
·
El libro VIII: se ha perdido, se cree que era un
apéndice.
Los métodos que utiliza
Apolonio (uso de rectas como sistemas de referencia) son muy parecidos a los
utilizados por Descartes en su Geometría y
se considera una anticipación de la Geometría analítica actual.
BIBLIOGRAFIA.
Boyer, Carl B. (julio de 1996). «Cap. IX:
Apolonio de Perga». Historia de la matemática. Traducido por Mariano Martínez
Pérez (5º edición). Alianza Editorial. pp. 189–208. ISBN 978-84-206-8094-1.
EUCLIDES
Euclides
(en griego Ευκλείδης, Eukleides) fue un matemático griego, que
vivió alrededor del año 300 a.C, ~(325 adC) - (265 adC).
Su
vida es poco conocida, salvo que vivió en Alejandría, Egipto. Proclo, el último
de los grandes filósofos griegos, quien vivió alrededor del 450 d. C., es la
principal fuente. Existen algunos otros datos poco fiables.
Algunos autores árabes afirman que Euclides era hijo de Naucrates y se barajan
tres hipótesis:
1.
Euclides fue un personaje histórico que
escribió Los Elementos y otras obras atribuidas a él.
2.
Euclides fue el líder de un equipo de
matemáticos que trabajaba en Alejandría. Todos ellos contribuyeron a escribir
las obras completas de Euclides, incluso escribiendo libros a nombre de
Euclides después de su muerte.
3.
Las obras completas de Euclides fueron
escritas por un equipo de matemáticos de Alejandría quienes tomaron el nombre
Euclides del personaje histórico Euclides de Megara que había vivido unos cien
años antes.
Su
obra Los elementos, es una de las obras científicas más conocidas del mundo, y
era una recopilación del conocimiento impartido en el centro académico. En ella
se presenta de manera formal, partiendo únicamente de cinco postulados, el
estudio de las propiedades de líneas y planos, círculos y esferas, triángulos y conos, etc.; es
decir, de las formas regulares. Probablemente ninguno de los resultados de
"Los elementos" haya sido demostrado por primera vez por Euclides
pero la organización del material y
su exposición, sin duda alguna se
deben a él. De hecho hay mucha evidencia de que Euclides usó libros de texto anteriores cuando
escribía los elementos ya que presenta un gran número de definiciones que no
son usadas, tales como la de un oblongo, un rombo y un romboide. Los teoremas
de Euclides son los que generalmente se aprenden en la escuela moderna. Por citar
algunos de los más conocidos:
Ø La suma de los ángulos
interiores de cualquier triángulo es 180°.
Ø En un triángulo
rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de
los catetos, que es el famoso teorema de Pitágoras.
La
geometría de Euclides, además de ser un poderoso instrumento de razonamiento
deductivo, ha sido extremadamente útil en muchos campos del conocimiento; por
ejemplo, en la física, la astronomía, la química y
diversas ingenierías. Desde luego, es muy útil en las matemáticas. Inspirados por la
armonía de la presentación de Euclides, en el siglo II se formuló la teoría ptolemeica
del Universo, según la cual la
Tierra es el centro del Universo, y los planetas, la Luna y el Sol dan vueltas a su
alrededor en líneas perfectas, o sea círculos y combinaciones de círculos. Sin
embargo, las ideas de Euclides constituyen una considerable abstracción de la
realidad. Por ejemplo, supone que un punto no tiene tamaño; que una línea es un
conjunto de puntos que no tienen ni ancho ni grueso, solamente longitud; que
una superficie no tiene grosor, etcétera. En vista de que el punto, de acuerdo
con Euclides, no tiene tamaño, se le asigna una dimensión nula o de cero. Una
línea tiene solamente longitud, por lo que adquiere una dimensión igual a uno.
Una superficie no tiene espesor, no tiene altura, por lo que tiene dimensión
dos: ancho y largo. Finalmente, un cuerpo sólido, como un cubo, tiene dimensión
tres: largo, ancho y alto. Euclides intentó resumir todo el saber matemático en
su libro Los elementos. La
geometría de Euclides fue una obra que perduró sin variaciones hasta el siglo
XIX.
De los
axiomas de partida, solamente el de las paralelas parecía menos evidente.
Diversos autores intentaron sin éxito prescindir de
dicho axioma intentándolo colegir del resto de axiomas. Ver Geometría
euclidiana.
Finalmente,
algunos autores crearon nuevos basándose en invalidar o sustituir el axioma de
las paralelas, dando origen a las "geometrías no euclidianas". Dichas
geometrías tienen como característica principal que al cambiar el axioma de las
paralelas los ángulos de un triángulo ya no suman 180 grados.
Aristóteles / Euclides (2000). Sobre las líneas indivisibles; Mecánica / Óptica; Catóptrica; Fenómenos. Madrid: Editorial Gredos.
Arquímedes
(Siracusa, Sicilia, 287 - 212 a.c.) matemático y geómetra griego considerado el
más notable científico y matemático de la antigüedad, es recordado por el
Principio de Arquímedes y por sus aportes
a la cuadratura del círculo, el estudio de la palanca, el tornillo de
Arquímedes, la espiral de Arquímedes y otros aportes a la matemática, la ingeniería y la geometría.
El volumen de la esfera es
2/3 del volumen del cilindro que lo contiene.
Método
de aproximación del número π de Arquímedes
Hijo
del astrónomo Fidias, quien probablemente le introdujo en las matemáticas,
Arquímedes estudió en Alejandría, donde tuvo como maestro a Conón de Samos y
entró en contacto con Eratóstenes; a este último dedicó Arquímedes su Método, regresó luego a
Siracusa, donde se dedicó de lleno al trabajo científico.
Durante
el asedio de Siracusa por el general romano Marcelo, Arquímedes, a pesar de no
ostentar cargo oficial alguno se puso a disposición de Hierón, llevando a cabo
prodigios en defensa de su ciudad natal, pudiéndose afirmar que él sólo sostuvo
la plaza contra el ejército romano. Entre la maquinaria de guerra cuya invención se
le atribuye está la catapulta y un sistema de espejos y lentes que incendiaba
los barcos enemigos al concentrar los rayos del Sol; según algunos
historiadores, era suficiente ver asomar tras las murallas algún soldado con
cualquier objeto que despidiera reflejos brillantes para que cundiera la alarma
entre el ejército sitiador. Sin embargo, los confiados habitantes de Siracusa,
teniéndose a buen recaudo bajo la protección de Arquímedes, descuidaron sus
defensas, circunstancia que fue aprovechada por los romanos para entrar al
asalto en la ciudad.
A
pesar de las órdenes del cónsul Marco Claudio Marcelo de respetar la vida del
sabio, durante el asalto un soldado que lo encontró abstraído en la resolución
de algún problema, quizá creyendo que los brillantes instrumentos que portaba
eran de oro o irritado porque no contestaba a sus
preguntas, le atravesó con su espada causándole la muerte. Otros datos dicen que,
haciendo operaciones en la playa, unos
soldados romanos pisaron sus cálculos, cosa que acabó en discusión y la muerte
por espadazo por parte de los romanos. Se dice que sus ultimas palabras fueron
"no molestes a mis círculos".
La
obra Sobre la esfera y el cilindro, fue su teorema favorito, que por expreso
deseo suyo se grabó sobre su tumba.
Aunque
probablemente su contribución científica más conocida sea el principio de
la hidrostática que lleva su
nombre, el Principio de Arquímedes, no fueron menos notables sus disquisiciones
acerca de la cuadratura del círculo, el descubrimiento de la relación
aproximada entre la circunferencia y su diámetro, relación que se designa hoy
día con la letra griega π (pi).
Arquímedes
demostró que el lado del hexágono regular inscrito en un círculo es igual
al radio de dicho círculo;
así como que el lado del cuadrado circunscrito a un círculo es igual al
diámetro de dicho círculo. De la primera proposición dedujo que el perímetro
del hexágono inscrito era 3 veces el diámetro de la circunferencia, mientras
que de la segunda dedujo que el perímetro del cuadrado circunscrito era 4 veces
el diámetro de la circunferencia.
Afirmó
además que toda línea cerrada envuelta por otra es de menor longitud que ésta,
por lo que la circunferencia debía ser mayor que tres diámetros pero menor que
cuatro. Por medio de sucesivas inscripciones y circunscripciones de polígonos regulares llegó a
determinar el valor aproximado de π
como:
Con
los rudimentarios medios de los que
disponía el sabio griego, el error absoluto que cometió en el cálculo de π resultó ser
inferior a una milésima (0,0040 %).
Sin
embargo, Arquímedes es más conocido por enunciar el principio que lleva su
nombre:
Principio
de Arquímedes: todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje
vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado.
Cuenta
la historia que Hierón, el antes citado monarca de Siracusa, hizo entrega a un
platero de la ciudad de ciertas cantidades de oro y plata para el labrado de
una corona. Finalizado el trabajo, Hierón, desconfiado de
la honradez del artífice y aún reconociendo la calidad artística de la obra,
solicitó a Arquímedes que, conservando la corona en su integridad, determinase
la ley de los metales con el propósito
de comprobar si el artífice la había rebajado, guardándose para sí parte de lo
entregado impulsado por la avaricia, la misma, con seguridad, que al propio Popin
impelía a realizar semejante comprobación.
Preocupado
Arquímedes por el problema, al que no encontraba solución, un buen día al
sumergirse en el baño advirtió, como tantas veces con anterioridad, que a causa
de la resistencia que el agua opone,
el cuerpo parece pesar menos, hasta el punto que en alguna ocasión incluso es
sostenido a flote sin sumergirse. Pensando en ello llegó a la conclusión que al
entrar su cuerpo en la bañera, ocupaba un lugar que forzosamente dejaba de ser
ocupado por el agua, y adivinó que lo que él pesaba de menos era precisamente
lo que pesaba el agua que había desalojado.
Dando
por resuelto el problema que tanto le había preocupado fue tal su excitación
que, desnudo como estaba, saltó de la bañera y se lanzó por las calles de
Siracusa al grito de ¡Eureka! ¡Eureka! (¡Lo
encontré! ¡Lo encontré!). Procedió entonces Arquímedes a pesar la corona en el
aire y en el agua comprobando que en efecto, su densidad no correspondía a
la que hubiera resultado de emplear el artífice todo el oro y la plata
entregados y determinando, en consecuencia, que éste había estafado al Rey.
No se
agota con esta anécdota el talento de Arquímedes que, además, se anticipó al
descubrimiento del cálculo integral con sus estudios acerca de las áreas y
volúmenes de figuras sólidas curvadas y de áreas de figuras planas; realizó un
exhaustivo estudio de la espiral uniforme, conocida como espiral de Arquímedes;
determinó el resultado de la serie geométrica de razón 1/4, el más antiguo del
que se tiene noticia; creó un sistema numérico posicional para escribir números
muy grandes; inventó una máquina para la elevación de agua, el tornillo de Arquímedes,
así como la balanza que lleva su nombre; enunció la ley de la palanca lo que le
llevó a proferir la célebre frase Dadme un punto de apoyo y moveré el
mundo; inventó la polea compuesta, basada en el principio de la palanca,
empleándola para mover un gran barco para sorpresa del escéptico Hierón.
Para
él, su mayor descubrimiento fue demostrar que el volumen de una esfera es dos
tercios del volumen del cilindro que la circunscribe, descubrimiento que pidió
que fuera grabado en su tumba, según cuenta Plutarco. Cuarenta años después, el
historiador romano Cicerón encontró la tumba gracias al grabado. Actualmente la
tumba esta otra vez perdida.
- Arquímedes fue autor de numerosas obras de variada temática en las que destaca el rigor de sus demostraciones geométricas, razón por la que es considerado el más notable científico y matemático de la Antigüedad. Aunque muchos de sus escritos se perdieron en la destrucción de la Biblioteca de Alejandría, han llegado hasta la actualidad a través de las traducciones latinas y árabes. Aquí se indican algunas de ellas:
- El arenario.
- La medida del círculo.
- De la esfera y el cilindro.
- De la cuadratura.
- De la Parábola.
- De los esferoides y conoides.
- De las espirales.
- Determinación de los centros de gravedad en las líneas y en los planos.
- Del equilibrio de los cuerpos en los fluidos.
- El método.
- De los métodos mecánicos en la geometría (Palimpsesto de Arquímedes)
Arquímedes. Eutocio
(2005). Tratados I. Comentarios. Madrid: Editorial Gredos.
ERATÓSTENES
Cirene, 276 adC -
Alejandría, 194 adC, fue un célebre matemático, astrónomo y geógrafo griego, de
origen probablemente caldeo.
Nacido en Cirene, era
hijo de Aglaos, según Suidas, o de Ambrosio según otros escritores. Estudió en
Alejandría y, durante algún tiempo, en Atenas y fue discípulo de Aristón de
Chíos, de Lisanias de Cirene y del poeta Calímaco y gran amigo de Arquímedes.
En 236 adC Ptolomeo Evergetes le llamó a Egipto para que se hiciera cargo de la
Biblioteca de Alejandría, puesto que ocupó hasta el fin de sus días, ocurrido
durante el gobierno de Ptolomeo
Epífanes. Suidas afirma que, desesperado tras perder la vista, se dejó morir de
hambre a la edad de ochenta años; sin embargo, Luciano afirma que llegó a la
edad de ochenta y dos, y Censorino sostiene que falleció cuando contaba ochenta
y uno.
Eratóstenes poseía una
gran variedad de conocimientos y aptitudes para el estudio. Astrónomo, poeta,
geógrafo y filósofo, fue apellidado Pentathlos, nombre que se reservaba al
atleta vencedor en las cinco luchas de los Juegos Olímpicos. Suidas
afirma que también era conocido como el segundo Platón, y diversos autores dicen
que se le daba el sobrenombre de Beta (por β, la segunda letra del alfabeto
griego), porque ocupσ el segundo lugar en todas las ramas de la ciencia que cultivó.
A Eratóstenes se le
atribuye la invención, hacia 255 adC, de la esfera armilar que aún se empleaba
en el siglo XVII. Aunque debió de usar este instrumento para diversas
observaciones astronómicas, sólo queda constancia de la que le condujo a la
determinación de la oblicuidad de la eclíptica. Determinó que el intervalo
entre los trópicos (el doble de la oblicuidad de la eclíptica) equivalía a los
11/83 de la circunferencia terrestre completa, resultando para dicha oblicuidad
23º 51' 19", cifra que posteriormente adoptaría el astrónomo Claudio
Ptolomeo.
Según algunos
historiadores, Eratóstenes obtuvo un valor de 24º, debiéndose el refinamiento
del resultado hasta 11/83 al propio Ptolomeo. Además, según Plutarco, de sus
observaciones astronómicas durante los eclipses dedujo que la distancia al Sol
era de 804.000.000 estadios, la distancia a la Luna 780.000 estadios y, según
Macrobio, que el diámetro del Sol era 27 veces mayor que el de la Tierra.
Realmente el diámetro del Sol es 109 veces el de la Tierra y la distancia a la
Luna es casi tres veces la calculada por Eratóstenes, pero el cálculo de la
distancia al Sol, admitiendo que el estadio empleado fuera de 185 metros, fue
de 148.752.060 km, muy similar a la unidad astronómica actual. A pesar de que
se le atribuye frecuentemente la obra Katasterismoi que contiene la nomenclatura de 44
constelaciones y 675 estrellas, los críticos niegan que fuera escrita por él,
por lo que usualmente se designa como Pseudo-Eratóstenes a su autor.
En el solsticio de
verano los rayos solares inciden perpendicularmente sobre Siena. En Alejandría,
más al norte, midiendo la altura de un edificio y la longitud de la sombra que
proyecta se puede determinar el ángulo formado con el plano de la eclíptica, en
el que se encuentran el Sol y la ciudad de Siena, ángulo que es precisamente la
diferencia de latitud entre ambas ciudades. Conocida ésta basta medir el arco
de circunferencia y extrapolar el resultado a la circunferencia completa
(360º).
Sin embargo, el
principal motivo de su celebridad, es sin duda la determinación del tamaño de
la Tierra. Para ello inventó y empleó un método trigonométrico además de las
nociones de latitud y longitud ya introducidas, al parecer por Dicearco, por lo
que bien merece el título de padre de la geodesia. Por referencias obtenidas de
un papiro de su biblioteca, sabía que en Siena (hoy Asuán, en Egipto) el día
del solsticio de verano los objetos no proyectaban sombra alguna y la luz alumbraba el fondo de los pozos; esto
significaba que la ciudad estaba situada justamente sobre la línea del trópico,
y su latitud era igual a la de la eclíptica que ya conocía. Eratóstenes,
suponiendo que Siena y Alejandría tenían la misma longitud (realmente distan
3º) y que el Sol se encontraba tan alejado de la Tierra que sus rayos podían
suponerse paralelos, midió la sombra en Alejandría el mismo día del solsticio
de verano al mediodía, demostrando que el cenit de la ciudad distaba 1/50 parte
de la circunferencia, es decir, 7º 12' del de Alejandría; según Cleomedes, para
el cálculo de dicha cantidad Eratóstenes se sirvió del scaphium o gnomon (Un
Proto-cuadrante solar) . Posteriormente, tomó la distancia estimada por las
caravanas que comerciaban entre ambas ciudades, aunque bien pudo obtener el
dato en la propia Biblioteca de Alejandría, fijándola en 5000 estadios, de
donde dedujo que la circunferencia de la Tierra era de 250.000 estadios,
resultado que posteriormente elevó hasta 252.000 estadios, de modo que a cada
grado correspondieran 700 estadios.
También se afirma que
Eratóstenes para calcular la distancia entre las dos ciudades, se valió de un
regimiento de soldados que diera pasos de tamaño uniforme y los contara.
Admitiendo que
Eratóstenes usó el estadio de 185 m, el error cometido fue de 6.616 kilómetros
(alrededor del 17%), sin embargo hay quien defiende que usó el estadio egipcio
(300 codos de 52,4 cm), en cuyo caso la circunferencia polar calculada hubiera
sido de 39.614,4 km, frente a los 40.008 km considerados en la actualidad, es
decir, un error menor del 1%.
Acerca de la exactitud
de los cálculos realizados por Eratóstenes se han escrito varios trabajos; en
uno de ellos, Dennis Rawlins argumenta que el único dato que Eratóstenes obtuvo
directamente fue la inclinación del cenit de Alejandría, con un error de 7' (7
minutos de arco), mientras que el resto, de fuentes
desconocidas, resultan
ser de una exactitud notablemente superior. 150 años más tarde, Posidonio
rehizo el cálculo de Eratóstenes obteniendo una circunferencia sensiblemente
menor, valor que adoptaría Ptolomeo y en el que se basaría Cristóbal Colón para
justificar la viabilidad del viaje a las Indias por occidente; quizá con las
mediciones de Eratóstenes el viaje no se hubiera llegado a realizar, al menos
en aquella época y con aquellos medios, y seguramente sea ése el error que más
ha influido en la historia de la humanidad.
El geómetra no se limitó
a hacer este cálculo, sino que también llegó a calcular la distancia Tierra-Sol
en 804 millones de estadios (139.996.500 km) y la distancia Tierra-Luna en
708.000 estadios (123.280,500 km). Estos errores son admisibles, debido a la
carencia de tecnología adecuada y
precisa.
Sobre geometría
conocemos por el título (pues ningún ejemplar ha sobrevivido hasta nuestros
días) una obra suya citada por Pappus como uno de los grandes libros de
geometría, De locis ad medietates. Se conserva también una carta a Ptolomeo
Evergetes sobre la duplicación del cubo citada por Eutocio en su comentario a
la obra de Arquímedes y contribuyó a la aritmética inventando un método
conocido como la criba de Eratóstenes para determinar números primos que nos ha
llegado a través de la Introducción a la Aritmética de
Nicomedes.
También fue importante
su contribución a la geografía,
palabra de su invención, que antes de Dicearco, Eudoxio y el propio Eratóstenes
constituía una amalgama de conocimientos dispersos en numerosas obras de
viajeros y cronistas. Eratóstenes supo recoger todos estos tesoros que se
encontraban en la Biblioteca de Alejandría, conocimientos procedentes en su
mayoría de las conquistas de Alejandro Magno, para componer una obra
sistemática titulada Geographika, dividida en tres volúmenes: el primero
pasaba revista crítica a sus predecesores
y exponía las investigaciones acerca de la forma
de la Tierra, que él creía una esfera inmóvil; el segundo contenía lo que hoy
se llama geografía física, incluyendo el ensayo acerca del tamaño
de la Tierra antes comentado; y el último libro versaba sobre geografía
política y en el se incluían las descripciones de las comarcas conocidas
tomadas de los relatos de viajeros y geógrafos precedentes. Tal
como hiciera Dicearco antes, para situar las ciudades tiró una línea paralela
al ecuador desde las columnas
de Hércules (estrecho de Gibraltar) hasta el extremo oriental de Asia, dividiendo las tierras
habitadas en dos partes, y trazó el meridiano por Alejandría y Siena. La obra,
según parece, contenía un mapa en el que se indicaban las ciudades y accidentes geográficos, ríos,
montañas, lagos, etc. Esta obra no está exenta de polémica ya que Marciano
acusó a Eratóstenes de haber plagiado el tratado de Timóstenes Sobre los
puertos, lo que desmiente Estrabón cuando afirma que si bien Eratóstenes
concedía gran valor a la obra de Timóstenes, en no pocas ocasiones no compartía
sus opiniones. Los fragmentos entonces disponibles fueron recopilados y
publicados con el título Eratosthenica por Gottfried Bernhardy (Berlín, 1822)
junto con otras obras de Eratóstenes.
La obra poética de
Eratóstenes comprende dos obras Erigone, elogiada repetidamente por
Longino, y Hermes, la más conocida, poema de asunto astronómico y
geográfico que trata de la forma de la Tierra, de su temperatura, de los diferentes
climas y de las constelaciones. Escribió varios tratados sobre
filosofía moral y se le atribuyen,
sin certeza, otras obras filosóficas. Sus producciones históricas estuvieron
ligadas íntimamente a las matemáticas, siendo su obra más importante en
esta disciplina la Cronografía,
obra en la que recoge las fechas de los acontecimientos literarios y políticos
más importantes; se cree que Las Olimpiadas, citadas por Diógenes
Laercio y Ateneo, formaban parte de la Cronografía. También
escribió un tratado Sobre la antigua comedia ática, del que son
fragmentos Arjitectonicos ySkenographicos en los
que trató de la decoración, el vestuario, la declamación y el argumento de
obras de Aristófanes y Cratino entre otros. También estudió la obra de Homero y escribió
una biografía sobre la vida del
poeta que no ha llegado hasta nuestros días. En la citada Eratosthenica,
Bernhardy compiló la lista de todas las obras atribuidas a Eratóstenes, así
como los fragmentos de sus escritos entonces conocidos exceptuando Katasterismoi.
Un cráter de la Luna
rinde homenaje a Eratóstenes, llevando su nombre. Inventó el primer reloj solar
moderno, al que denominó Skaphe.
BIBLIOGRAFÍA.
Paléfato, Heráclito, Anónimo Vaticano, Eratóstenes, Aneo Cornuto (2009). Mitógrafos griegos. Biblioteca Clásica Gredos, 376. Editorial Gredos. Madrid.